lunes, 9 de febrero de 2009

Contando estrellas

"Baba y Billy" de John Duncan


Aunque la luna estaba casi llena, no me impedía ver un cielo límpido lleno de estrellas. Y comencé a contarlas. Como una letanía contaba y nombraba a todos los amigos o amigas que últimamente han perdido algo muy especial. A mi no me gusta llamarles mascotas. Quizá el no ser madre me haga ver a mis gatas como algo más que animales de compañía. Son mis niñas, las que me ronronean, las que me arañan el sofá, las que pasan sus patas por la cajita de arena como si fuera un jardín zen... Por eso cuando hace un par de años perdí a la mamá de Sardina y Potro, sentí, y sigo sintiendo, que alguien muy especial se me había ido para siempre. No puedo pensar en ella sin que se me humedezcan los ojos. Pirados nos llaman a gente como Duncan, Krid, La pequeña Candi, Gaterona, Danae Rain...
Hoy no os comento nada, simplemente os dedico estas imágenes de seres tan especiales que nos hacen mirar al cielo y desear Seguir contando estrellas.





Oda al gato

Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco
se fueron componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.


El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato quiere ser sólo gato
y todo gato
es gato desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.


No hay unidad
como él,
no tienen la luna
ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.

Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos de su gato.


Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.

Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.

Pablo Neruda

10 comentarios:

Nina Maguid dijo...

El gato no es una mascota, a lo sumo -y con suerte- tú eres la suya. Son bellos, funcionales y misteriosos, huelen bien y no hacen ruido, trasuntan equilibrio y perfección. Y dan fidelidad sin sumisión, compañía sin dependencia y sin agobio.
Preciosa la niña de John Duncan, feliz el gato de la infeliz (o pensativa?) Julia Manet, gatísimos los dos gatos de Marc. Una preciosa selección y un tema que me apasiona.
Un beso, Dánae.

Duncan de Gross dijo...

Me ha encantado!!, jajaja, la verdad es para un gatofilo esto es lo mejor, gran homenjae, gracias por lo que a mi me corresponde, besotazo!!

Mª Luisa Caride Vázquez dijo...

Gracias Danae, por tus palabras, por tus versos, por tus imágenes y por estar ahí siempre que lo necesito. Besitos.

Nergal dijo...

Me has hecho recordar los gatos que me han tenido, desde aquella gata que puse de nombre Sonia y que tras 4 meses desaparecida volvio transformada y no se separo mas de mi hasta que murio, hasta la ultima, Luna, que un mal dia se fue por la puerta para no volver (no estaria a gusto).
En fin...que me llamen loco

Maggie Margot dijo...

una ternura ... una sutileza sin igual!

Esther Morales dijo...

Yo estoy ahorrando para comprarme un polizoncillo en mi piso ^^

Me encantan los gatos y, Dios, ese cuadro es genial!!

un beso guapa, cuidate!

Anita dijo...

Un bonito homenaje a los animalillos que son parte de la familia. Cuesta despedirse de ellos pero siempre permanecen en nuestro pensamiento.

Preciosos cuadros y fotografia irrestible XXV. Una monada

Muakk

ambar dijo...

Acabo de verlo, precioso todo, texto, imagen y versos; yo también soy una afectada por una de esas inolvidables ausencias y lo comprendo muy bien y estoy en contra de esa frivolidad de llamarles mascotas. Besos

La pequeña Lo dijo...

El texto es precioso. Adoro los gatos y estoy esperando a cambiarme de piso y de vida para poder tener dos. Y lo peor es q creo q soy alergica! pero también lo era al fieltro. Pienso luchar como gata panza arriba!

La Pequeña Candi dijo...

Ains Danae... muchas gracias por acordarte de mí...
Es cierto eso de que quien no tiene un bichito en casa no sabe lo que se está perdiendo y no nos entiende...
Los recordamos con cariño y eternamente agradecidos por la felicidad que nos dieron... ellos nunca nos fallan.
Mil besos guapa!